El escritor y periodista británico David Gardner descubre en una investigación la suerte de los descendientes de la familia Hitler, que recoge en el libro El linaje de Hitler.
A través de una investigación que ha durado muchos años, el autor accede a la vida de los hermanos y parientes del dictador y descubre secretos y detalles intrigantes sobre la infancia de Hitler, “marcada por el abuso y la complicada relación con un padre autoritario, violento y alcohólico, Alois Hitler, un hombre sombrío, funcionario del servicio de aduanas austriaco”. El linaje de Hitler (Pinolia) revela también el destino de los hermanos de Hitler, algunos de los cuales lograron sobrevivir y establecerse en Estados Unidos, mientras que otros cayeron en la sombra del infame legado de su hermano.
Gardner consiguió esclarecer que los tres hermanos Hitler supervivientes, que viven en un suburbio de Nueva York, acordaron no casarse nunca ni tener hijos para asegurarse de que “el gen Hitler se extinguía con ellos” y el autor confiesa que ha respetado su deseo de “ocultar el apellido que la familia eligió para sustituir a Hitler, la ciudad donde crecieron en Long Island y el lugar en el que residen en la actualidad”. Esos tres hermanos eran hijos de William Patrick Hitler, que había sido bautizado por el propio dictador nazi como “mi repugnante sobrino”, y cuya tumba encontró Gardner, aunque con un apellido diferente. Nacido en marzo de 1911 en Inglaterra, William Patrick había recorrido Estados Unidos y Canadá dando conferencias sobre el malvado líder alemán y se había alistado en la Marina estadounidense para luchar con los aliados hacia el final de la Segunda Guerra Mundial.
Según Gardner, la historia tampoco fue muy amable con su madre, Bridget, “acusada de intentar aprovecharse de su posición como cuñada de Hitler gracias a un matrimonio infeliz con su hermanastro mayor, Alois júnior”.
Con sus pesquisas, no solo descubrió que William Patrick tuvo cuatro hijos, uno de los cuales murió en un accidente de tráfico, sino que el mayor de estos hijos fue bautizado con el nombre de su tío, Adolf, como parte del nombre completo, Alexander Adolf Hitler. Según el autor, ésta no es la única contradicción de esta familia, pues el propio William Patrick escogió como nuevo apellido una parte del nombre de un escritor inglés pro-Hitler.
Los historiadores han descartado que la admiración de Hitler por Inglaterra se debiera a una visita al país, extremo que defendía Bridget en sus memorias, hoy depositadas en la Biblioteca Pública de Nueva York, y que los propios Hitler supervivientes también han negado diciendo que el manuscrito era una “fantasía”. Sin embargo, Gardner atribuye esta negación familiar a que una confirmación de la autenticidad de esas memorias aumentaría el interés por ellos y el riesgo de perder el actual anonimato.
Gardner ha podido hablar con un miembro de la familia quien le ha confirmado la veracidad de los hechos narrados en las memorias, que fueron escritas por William Patrick y su madre, Bridget, que detallan una visita de Hitler a Liverpool, Londres e Irlanda. En el libro, Gardner incluye fotografías de los cuatro hijos de William Patrick recogidas en el anuario de la escuela secundaria: Brian, Luis, Alexander Adolf y Howard, el único que se casó y que murió en un accidente en septiembre de 1989.
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