En “Lejos de Yokohama”, una de las tres historias que conforman la película de Jim Jarmusch Mystery Train (1989), dos jóvenes japoneses viajan a Memphis tras las huellas de sus ídolos y de su identidad. “¿Por qué sacas fotos de las habitaciones donde dormimos y no de lo que vemos fuera cuando viajamos?”, pregunta la chica. “Eso lo tengo en la memoria. Las habitaciones del hotel y los aeropuertos los olvidaré”, responde su acompañante. Del viaje al país natal de Alfonso Armada permanece, mucho más que los paisajes y los lugares, la evocación de un universo interior de sensaciones: la pensión acogedora, la tortilla francesa al fin conseguida, el inventario de términos náuticos del museo, el bacalao portugués, el aroma de los grelos, el Alcampo de Coia (de la mano de Annie Ernaux) o la inmersión en las aguas termales del balneario de Carballiño, al que acompañaba a su abuelo: “Agudiza dramáticamente el contraste entre lo recordado y lo vivido”.
El quijotesco viaje de Armada es una búsqueda de su propia verdad; un viaje a Galicia que define como “un ensayo, una crónica de viajes, un reportaje periodístico, una indagación en la memoria, una prueba/error, un experimento, un sueño antiguo, un deseo que se ha convertido en realidad, un desafío, una suerte, las mejores vacaciones posibles, una expiación, una huida, un psicoanálisis, una novela, un cuento largo, un libro escrito con tinta simpática…”. Parte del Pórtico de la Gloria en Santiago, para ascender la costa hasta la punta del cabo de Estaca de Bares y baja por Mondoñedo hasta Lugo. Luego recorre la comarca de los Ancares, donde le abandona el GPS —“agravante del divorcio”—, pero sigue la ruta a través de la guía de Galicia de José María Castroviejo. Será una de sus brújulas, con Álvaro Cunqueiro y Ramón Otero Pedrayo, un autor tan entusiasta de su comarca orensana como audaz primer traductor de Joyce a una lengua peninsular —en su caso al gallego—, si bien es cierto que tras una lectura algo precipitada en la que le identificó con un nacionalismo que el irlandés tanto repudiaba. Hay otros autores clásicos que iluminan los recodos del camino, como Emilia Pardo Bazán, Rosalía de Castro, George Borrow o Eduardo Blanco Amor, aunque Armada prefiere dejarse guiar por sus amigos o los vecinos con los que se cruza. Su alma de reportero nos descubre episodios como el de las hermanas Touza de Ribadeo y persigue los pasos del poeta Uxío Novoneyra. En la raia de Portugal nos sumerge en un mundo único y secreto —“la frontera era una universidad”— camino de su Vigo natal. Para entonces el viaje, ya en solitario, se ha sosegado y el autor busca el reverso y el sentido de una vida viajera marcada por una curiosidad insaciable que impregna las páginas de su recorrido.
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Autor: Alfonso Armada. Título: Cuaderno de viaje al país natal. Editorial: La Umbría y la Solana. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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