La emigración ha sido un tema recurrente en la literatura. En la española, que lo ha abordado desde la perspectiva económica (Diario de un emigrante de Miguel Delibes) y también política (Viviré con su nombre, morirá con el mío, Jorge Semprún); en la europea, con varios libros que han seguido los pasos de sus habitantes hacia la mitificada América, Los Emigrantes de Vilhelm Moberg es un buen ejemplo; y en la del resto mundo, Haiti (¿Krik? ¡Krak!, Edwidge Danticat), Argentina (Hacer la América, de Pedro Orgambide), India (El Buen Nombre, Jhumpa Lahiri), China (El Club de la Buena Estrella, Amy Tan) o República Dominicana (La Maravillosa Vida Breve de Óscar Wao, Junot Díaz).
La propia América, tan añorada, fuente de fantasías, convertida en quimera por italianos, rusos, escandinavos y gallegos que atravesaban el océano durante meses para llegar a ella, ha sido también protagonista de novelas que reflejan la migración interior dentro de su vasto territorio. John Steinbeck retrató en su obra más conocida, La uvas de la ira, a esa gran caravana de indigentes, asolados por la gran depresión, que buscaban en California su salida de la miseria. Años antes, los pioneros fueron retratados en su viaje al Oeste en una de las obras más rotundas de esta temática, Mi Ántonia de Wilha Carter.
Hoy, gran parte de la información que recibimos sobre la emigración proviene de los medios de comunicación y las redes sociales. En la mayoría de las ocasiones, sesgada por el mismo sentimiento: el miedo. Ante esta situación, la literatura, el cine y las series de televisión han sido el vehículo eficaz para dar voz a versiones más críticas y realistas. La blogosfera también ha sido otro de los canales.
Recientemente, tuve la ocasión de acudir al TBM de Andorra, el congreso anual de los travel bloggers españoles, con el blog de viajes en el que colaboro (El Viaje de Sofi). Allí me encontré con una historia que pienso es necesario conocer, la de Paulo Vázquez de Coge el vuelo y su proyecto: un viaje a la emigración gallega en América.
¿Qué es un viaje solidario, Paulo?
Respecto a este concepto hay muchas ideas. Hay gente que lo ve como una forma de ayudar de forma específica, en origen. Pero un viaje solidario también puede servir para concienciar a la gente de los problemas. Aprovechas tu tiempo de ocio para hablar de solidaridad en tu blog. Un ejemplo sería dar a conocer el trabajo de la ONG a otro público diferente.
¿En qué consiste el proyecto Equus?
La idea original ha evolucionado mucho. Se ha hecho más compleja. Actualmente, mi objetivo es atravesar América de norte a sur. Comenzar visitando en Nueva York los 5 centros de gallegos que hay allí. Luego, seguir por la Ruta 66 hasta México. Llegar a la gran frontera de la emigración y proseguir el viaje por toda América pasando por los países donde la emigración gallega ha sido protagonista: Cuba, Venezuela, Chile, Argentina, Uruguay…
"Mi padre emigró a Suiza y mi abuelo a Alemania. Ambos sufrieron problemas de adaptación."¿Cómo vas contar ese viaje en tu blog?
Principalmente, en un canal de Youtube que voy abrir para documentar el proyecto. Serán videos de historias individuales, grabadas y publicadas el mismo día. También, escribiré posts de las historias más relevantes en el blog. Quiero utilizar todo ese material para un libro y quizás un documental.
¿Qué similitudes hay entre la emigración que llega ahora a Europa y la que partió de Galicia hacia el resto del mundo?
Unos y otros son gente que tuvo que dejar su casa, su pueblo, su país, sus raíces por obligación. Los gallegos en su momento recibieron las mismas críticas que los emigrantes actuales. Eran personas que necesitaban sobrevivir. Gente pobre que recibía un rechazo frontal. Mi padre emigró a Suiza y mi abuelo a Alemania. Ambos sufrieron problemas de adaptación. Los gallegos emigraron a otros continentes, en los siglos XIX y XX, en condiciones bastantes penosas: 4 meses de barco, a veces como polizones. Ahora, ocurre lo mismo, pero estamos en el siglo XXI. Algo debería haber cambiado.
Siempre apelamos al tiempo como cura ante cualquier desgracia que nos ocurre: una pérdida, un desamor, una enfermedad… No deja de ser una forma de aplazar algo irreparable. Hay heridas que nunca cicatrizan. Y las que deja la emigración nunca terminan de cauterizar. Su poso, amargo y ácido, pervive en los que un día tuvieron que dejarlo todo para marchar de su casa, olvidar familia y amigos, y emprender una nueva historia artificial y prestada. La comunidad gallega ha sido y sigue siendo valiente. Y en su diáspora por el mundo ha conseguido sobrevivir gracias a la fuerza de sus tradiciones, sus mitos, su gastronomía, literatura y canciones, presentes en todos los hogares gallegos diseminados por el mundo.
Muchos gallegos partieron a otros países y continentes, pero también a otras provincias y ciudades de España. ¿Cómo has vivido tú ese desarraigo en tu familia? ¿Cuál ha sido tu experiencia personal?
Como he comentado, mi padre y mi abuelo fueron emigrantes. El abuelo de mi padre se fue a Madrid. Mi padre se fue a Suiza solo. Fue muy duro. Yo ahora estoy en Valencia. Hay un desarraigo por supuesto. Afortunadamente, las tecnologías han cambiado. Ahora te puedes comunicar en tiempo real con cualquier herramienta de chat como WhatsApp. Pero en los años 70 había una carta cada 3 meses. Mi familia será protagonista de este proyecto. También será importante la versión de los que se quedaron en Galicia.
En tu blog hablas del placer de ayudar. Y una de las palabras que más aparecen en él es solidaridad. Sin embargo, el discurso que a menudo nos encontramos en los medios de comunicación es una llamada al miedo ante esa emigración que estamos recibiendo de Siria, de África, de Latinoamérica, de la Europa del Este…
Es toda una paradoja ver cómo en la calle se habla de solidaridad y mientras los medios de comunicación lanzan un mensaje diferente. Hay un interés por parte de ciertos poderes políticos y económicos para utilizar el miedo como arma para controlar la opinión. Dudo mucho que los terroristas del ISIS vengan en patera como dicen. Ellos tienen dinero, petróleo y medios económicos suficientes para hacerlo de otra manera.
La elección de América como punto de destino para realizar tu proyecto no ha sido aleatoria. ¿Qué esperas encontrar allí? ¿Qué historias buscas en tu viaje?
Conozco la historias de Tijuana. Me interesan las historias que hablan de los problemas que tiene la gente para poder ir de un sitio a otro. Dar voz a todos esos “silenciados”.
Todo país, ciudad de Latinoamérica, tiene una casa de Galicia, un hogar gallego. ¿Cómo percibirán ellos que fueron emigrantes la emigración que está sufriendo europa?
Dependerá de si son emigrantes originales o de segunda o tercera generación. Los primeros, me imagino que se verán reflejados y compartirán sus historias. Sus descendientes, que no lo vivieron en primera persona, tendrán un discurso diferente.
Has colaborado con la organización Equus Zebra en A Coruña. Tienes ya un contacto muy directo con el problema migratorio. Cuéntanos tu experiencia.
Hace unos años me puse en contacto con esta ONG, necesitaban gente para enseñar idiomas de forma gratuita a esas personas inmigrantes que no disponían de recursos suficientes para pagarse unas clases. Creo que aprendí yo más que ellos, me enseñaron muchas cosas y si hago todo esto es porque sus historias me han inspirado. Cuando viajé a América, México me enamoró mucho más que California. Sus ciudades son caóticas, pero cercanas. Recuerdo, que en Tijuana, yo les explicaba cómo son las fronteras en Europa. Nuestras facilidades. Para ellos eso es impensable. Si quieren ir a San Diego a comprar pan tardan 3 horas. En la zona de las playas, vi una frase pintada que se me quedó grabada: Aquí es donde rebotan los sueños. Allí están escritos los nombres de los muertos que no pudieron conseguir cruzar a Estados Unidos. Cuando estás allí, lo primero que ves son helicópteros de la marina de USA. Los oficiales norteamericanos son muy duros en la frontera. Yo también tuve algún problema. Aun siendo legal pasas miedo, mucho miedo.
Mientras hablaba con Paulo, no pude evitar recordar las palabras de Juan Goytisolo: “Aunque los emigrantes españoles de los cincuenta y los sesenta del siglo que nos deja no naufragaban en pateras ni debían escalar cercas con torres de vigilancia y alambre de púas, sufrían, no obstante, las humillaciones del racismo cotidiano y administrativo de los países de acogida: José Ángel Valente me recordaba hace poco que en 1955, los que llegaban a la estación de Ginebra eran separados de los demás viajeros y desinfectados por los servicios sanitarios suizos.” Años después, los europeos, seguimos separando y desinfectando. Quizás la única diferencia es que los españoles hemos cambiado de bando, ahora somos los que desconfiamos y humillamos.
¿De qué forma se puede combatir el discurso xenófobo contra la emigración que está imperando en USA, a través de candidatos a la presidencia, como Donald Trump, y en Europa con el discurso de ciertos partidos políticos?
Creo que es necesario un cambio en los medios de comunicación. Es necesario que se conozcan las historias de los emigrantes. Que la gente los humanice. Que les ponga cara.
Muchos de los países que están aprobando leyes y promulgando tratados para frenar la emigración son estados que fueron emisores o que se crearon gracias a ese movimiento demográfico. ¿Cómo puede una ONG luchar contra eso?
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tienen orígenes en esa emigración. El propio Donald Trump proviene de emigrantes europeos. Todas las naciones se han beneficiado de este movimiento demográfico. El papel de las ONG ante esta problemática es el de curar los síntomas, pero no acabar con la enfermedad. Es necesario que se conozcan los beneficios de la emigración en las sociedades.El gran problema es que las ONG tienen que luchar contra los gobiernos que a la vez son los que les financian. Es complicado.
"Hoy en día están registrados 319.134 por todo el mundo. El país que más aporta es Argentina, con más de 113.000 inscritos. Fuente: La Voz de Galicia.."En tu blog, en la definición del proyecto, fijas como objetivo tejer lazos entre las diferentes comunidades de gallegos emigrantes. ¿Crees que eso es posible? ¿Existe ya algún tipo de vinculación entre ellos?
Es algo que ya existe. El emigrante gallego siempre ha tenido ese ánimo por conservar sus raíces. Hay cinco centros de gallegos solo en Nueva York. La propia web de la Xunta informa de todos los centros. Hay más de trescientos en el mundo, 100 en argentina . Dos millones de gallegos fueron y somos emigrantes.
Hay varias fórmulas para apoyar este viaje solidario. ¿Cómo puede alguien colaborar con el proyecto Equus?
Hay un apartado habilitado en mi blog. La donación económica no es para mí. El crowdfunding es íntegro para la ONG con la que colaboro. Es muy importante poder conseguir el apoyo de empresas para poder llevar a cabo el proyecto y la difusión de los medios de comunicación para que se visualice.
Paulo continúa un viaje que emprendieron su bisabuelo, su abuelo y su padre décadas atrás. Los años han pasado, pero lejos de calmarle, han provocado que quiera cerrar ese círculo. Visualizar y sentir esa huida en primera persona. Su experiencia es necesaria para que aprendamos, y consigamos enfrentarnos a la emigración con otros ojos, con otros sentimientos.
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