La danza del sol es la cuarta novela que ha publicado Isabel Alba Rico, guionista que trabajó en programas como Barrio Sésamo y La bola de cristal, que dirigía la añorada Lolo Rico, su madre. En 2003 publicó su primera novela, Baby Spot, y ocho años después La verdadera historia de Matías Bran. En los dos casos es la muerte trágica de un niño el desencadenante de historias intensas en las que se mezcla el lirismo, el drama y la denuncia. En la primera, un niño aparece colgado de una viga en unas obras de la periferia de Madrid. En la segunda, publicada en 2011, Matías Bran decide quitarse la vida, pero conserva escondida una maleta con escritos sobre la revolución húngara de 1919. La autora explicó tras su publicación que esta novela “tiene tanto de poesía como de panfleto”, queriendo destacar que el relato era una denuncia de cómo los conflictos sociales trastocan amargamente la vida de los protagonistas.
La danza del sol resume algunas de las características que definen la narrativa de Isabel Alba. En este caso la historia está concentrada en tres días y en un mismo espacio: el entorno del hotel Solymar. Allí han acudido a pasar unos días de vacaciones dos matrimonios de la familia Moscardó y coinciden con otros personajes heterogéneos, que arrastran sus conflictos íntimos en medio de un panorama social crítico.
La novela está compuesta mediante secuencias cortas. Cada una está dedicada a un personaje. En estilo indirecto refleja sus pensamientos, sus recuerdos y la mirada que tiene sobre el mundo. Esas miradas se complementan al cambiar el punto de vista de cada uno. Todos son diferentes, pero tienen una cosa en común: “Cada uno está solo. Con su dolor. Mientras, el mundo se derrumba” (pág. 81). Manolo es soldador, se muestra iracundo y se refugia en el alcohol; guarda una carta de despido del trabajo en el bolsillo, pero aún no se lo ha dicho a nadie. Su mujer, Rocío, si piensa en la vida que lleva, las lágrimas se le agolpan en los ojos. Su cuñada Paloma se siente un poco sola: “Hay cargas que son demasiado pesadas si no se comparten”.
La danza del sol es una novela de emociones, una historia de sentimientos. Los personajes arrastran recuerdos que les inquietan. En un apartamento junto al hotel vive Tamel Al-Zahar. Su cabeza está llena de alambradas. De niños muertos. De miedo. Y de odio. Vive con su hermano Abdu. Ambos limpian el kalashnikov y lo preparan todo minuciosamente: Cables. Temporizador. Tubos. Pulsador.
La novela está muy bien escrita. Emplea un lenguaje lírico, una prosa rítmica con repeticiones poéticas. El estilo es sugerente. La sintaxis escueta, de frases cortas y contundentes. Mezcla el lirismo, los sentimientos de los personajes, el drama y la melancolía.
Isabel Alba emplea en esta novela la técnica del caleidoscopio. Las secuencias forman un puzzle narrativo: en un mismo escenario coinciden varios personajes que se cruzan, sin saber que sobre ellos se cierne inevitable la tragedia. El resultado es un tapiz de vidas cruzadas. Una novela de teselas que componen un mosaico: el mosaico de la vida.
En ella se juntan temas existenciales y sociales. El trasfondo existencial destaca la sensación de rutina que tienen los personajes, la soledad que les rodea, el fracaso, la imposibilidad de dar un giro a su existencia. La situación social que se describe es injusta, acusa la crisis económica y está marcada por la violencia. El padre de Tamer Al-Zahar es médico. Se dedica a salvar vidas. “Pero no puede salvar al hombre de sí mismo”. Piensa que ni siquiera ha conseguido salvar a sus propios hijos. Sentado en el salón de su casa, dice una frase que sintetiza el trasfondo temático de esta novela: “El hombre es un animal enfermo” (pág. 79).
——————————
Autora: Isabel Alba. Título: La danza del sol. Editorial: Acantilado. Venta: Amazon y Fnac
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: