La última novela de Andrés Barba tiene un planteamiento original, como es característico en su literatura. Una mujer que trabaja para una inmobiliaria, limpiando las casas vacías que están en venta, vive una experiencia que la sorprende. Sucede así: en la cocina de uno de los pisos, encuentra a un niño de unos siete años, sentado en una silla, que la observa inmóvil. Se da cuenta de que no es una entelequia, no es un fantasma, sino un cuerpo tan real como la balda o el fregadero. “No puedes estar aquí”, le dice, “van a venir unas personas”. Y él se despide, y ya no lo ve. Cuando vuelve a buscarlo al día siguiente, al entrar en la cocina se ve a sí misma repitiendo los gestos y las palabras que pronunció el día antes. Y comprueba que tampoco ella es una entelequia, sino un cuerpo tan real como la balda o el fregadero. La novela tiene este título enigmático: El último día de la vida anterior.
La literatura de Andrés Barba es introspectiva e intimista: indaga en los sentimientos de los personajes y busca reflejar su mundo interior, los afectos, la memoria y las emociones. El último día de la vida anterior se inserta en esa tendencia, en la que es más importante la descripción de emociones, a través de situaciones sorprendentes, que la coherencia del relato. De una manera condensada, presenta fragmentos de la vida de un niño afligido por la culpa y de una mujer en un momento de crisis: la relación que esta mantiene con su padre, las amistades rutinarias, la historia de amor con su marido. Todo eso se expresa a través de detalles nimios que cobran un significado trascendental: ella se corta el pelo, observa la mirada del marido al volver a casa y entonces comprende que él la va a dejar.
El tiempo queda atrapado en esta novela de una forma enigmática. El cine ha representado situaciones similares desde diversas perspectivas: personajes que se ven obligados a repetir cada día los mismos gestos; otros que viven un presente en el que ya estuvieron; o que olvidan lo que son y lo que han hecho y se ven abocados a reiniciarse cada día… Viajes al futuro… Viajes al pasado… El tiempo no es una línea recta, sino más bien curva, tal vez elíptica o laberíntica, según las dimensiones en que lo imaginemos. Andrés Barba introduce en esta novela esa consideración, haciendo que el pasado se reproduzca en el presente. Lo peculiar aquí es que la protagonista se convierte en espectadora de un pasado que se reitera ante sus ojos como algo real. Ante esta situación, el autor no plantea disquisiciones filosóficas, sino que circunscribe la experiencia de la mujer al ámbito existencial y de los sentimientos. De eso trata esta novela: de los afectos insatisfechos, de la fragilidad humana que se quiebra al echarlos en falta y de la culpa que hiere anclada en la memoria.
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Autor: Andrés Barba. Título: El último día de la vida anterior. Editorial: Anagrama. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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