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Y ellas entraron en la vida adulta

Y ellas entraron en la vida adulta

Aranzazu Sumalla firma un ensayo en el que, a partir de la obra de diez escritoras españolas —desde Rosa Chacel hasta Irene Gracia, pasando por Carmen Martín Gaite, Josefina Aldecoa, Clara Janés y otras—, esboza algunos de los temas recurrentes en la narrativa española escrita por mujeres.

En este Making Of, Aranzazu Sumalla explica el origen de Las buenas chicas (Berenice).

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Hace muchos, muchos años, en un lugar no especialmente lejano llamado Universidad de Barcelona, defendí una tesis doctoral de larga gestación, con el título de La novela de formación en la narrativa española contemporánea escrita por mujeres. Yo ya no era una joven estudiante de Hispánicas, apasionada por las materias que se impartían en las aulas nocturnas en las que había estudiado en los años noventa, sino una editora con trabajo estable, madre de familia numerosa, que había sacado horas, a saber de dónde, para redactar un largo y (para mí) muy interesante análisis de las obras de algunas importantes escritoras españolas. Mi tesis tenía casi 500 páginas y hablaba de un género que en su terminología inglesa es bastante popular y reconocible, coming of age, pero que en terminología académica se conoce como bildungrsoman. Se trata de esas novelas en las que el protagonista, durante los hechos que se cuentan en ellas, entra en la vida adulta. Normalmente le pasa alguna cosa importante. Pero no necesariamente. Lo que sí está claro es que de alguna manera se hace mayor.

"Para aunar ese deseo de seguir hablando de las mismas historias y esas ganas de hacerlo saber al mayor número de personas posibles, escribí Las buenas chicas"

Siempre me ha gustado el tema. Después de esas 500 páginas escritas y de la lectura de muchas otras obras además de las que incluí en la tesis, me sigue atrayendo toda novela que trate de encontrar una manera de explicar ese difícil momento en que el mundo, de alguna manera, se presenta en toda su crudeza, una crudeza de la que, en muchas ocasiones, el protagonista ha vivido más o menos ajeno. Quizás es una forma de seguir buscando la mirada inocente, confiada, tierna y pura que casi todos hemos tenido alguna vez en algún momento, este sí lejano, que se perdió irremediablemente.

En el caso de mi tesis, siempre me siguió apeteciendo seguir hablando del tema. Pero no sé si pueden hacerse dos tesis sobre lo mismo. Lo que sí sé es que cuando uno vive con entusiasmo la relación con la literatura, tiene siempre ganas de compartirlo. Para aunar ese deseo de seguir hablando de las mismas historias y esas ganas de hacerlo saber al mayor número de personas posibles, escribí Las buenas chicas, un ensayo que nace de la tesis, pero no es en absoluto una tesis. Un ensayo que quiere contar cómo hacerse mayor siendo mujer a veces es más complicado y siendo o queriendo ser escritora, todavía más.

"Reconozco que el título del ensayo no es excesivamente original pero me parecía corto, claro, contundente y muy adecuado para hablar de jóvenes con ilusiones distintas a las establecidas"

Porque lo verdaderamente fascinante para mí de todas las novelas de las que hablo en el libro es lo parecidas que son, a menudo, las experiencias de sus protagonistas y cómo los pensamientos de unas y otras se asemejan de una manera tan increíble que puede parecer que entre todas las protagonistas de estos libros, había un hilo telepático que las conectaba.

Rosa Chacel, Carmen Laforet, Carmen Martín Gaite, Ana María Matute, Josefina Aldecoa, Ana María Moix, Clara Janés, Nuria Amat, Soledad Puértolas, Irene Gracia.

Ellas son las verdaderas autoras de Las buenas chicas.

Reconozco que el título del ensayo no es excesivamente original pero me parecía corto, claro, contundente y muy adecuado para hablar de jóvenes con ilusiones distintas a las establecidas, con actitudes que chocan con lo que se espera de ellas, con personalidades que se alejan, precisamente, de lo que era ser buena chica en el momento en que ellas escribieron sus novelas.

Y aunque fue complejo condensar todo lo que quería contar en 192 páginas, el proceso ha sido tan placentero que volvería a empezar.

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Autora: Aranzazu Sumalla. Título: Las buenas chicas. La narrativa española escrita por mujeres. Editorial: Berenice. Venta: Todos tus libros.

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