Álbum Línea de fuego

El 20 de diciembre de 1937 nace en Madrid mi padre, Ambrosio Fernández Moreno. A las pocas horas, la ciudad es bombardeada por la Luftwaffe. No hay piedad para los republicanos, que son asesinados donde los encuentran. La alternativa es el exilio. Miles de soldados republicanos, entre ellos mi abuelo y mi tío abuelo Tomás, oficiales del ejército republicano, cruzan caminando los Pirineos rumbo a Francia. Allí son recluidos en campos de concentración, los mismos que posteriormente fueron utilizados por Hitler. Mi abuela, con mi padre en brazos, va tras su esposo, pero llega voluntariamente a un campo diferente a aquél donde está mi abuelo. Es don Tomás (a la postre primer trompetista de la sinfónica nacional de México) el que hace los arreglos para que los cuatro puedan viajar hacia un nuevo destino. Hay dos alternativas: la URSS o México. Deciden venir a México, y es solo al embarcar cuando mi abuelo conoce a su hijo. En 1939 llegan a Veracruz. Sin nada, absolutamente nada, pero dispuestos a abrirse paso en un país nuevo, lejano. Lo demás es historia: Tomás Fernández Moreno nace en Chihuahua; Alicia, Manuel, Pedro y Josefa en Puebla; Fernando en Culiacán. Es por esto, por el recuerdo de los pilares de esta familia, por el respeto que nos merece su recuerdo y su memoria. Todos somos más mexicanos que los nopales, pero por las raíces, por su coraje y valentía es que tenemos en el corazón algo de aquel país que tanto amaron y que tuvieron que dejar para siempre. Es por eso por lo que nos sentimos un poquito españoles. @A_FER_BER

RkJQdWJsaXNoZXIy NjE3NTc=