Álbum Línea de fuego

Yo no llegué a conocer a mi abuelo, Manuel Martínez Ajado, de Segorbe (Castellón). Cuando él tenía 20 años, el gobierno de la República lo llamó a filas. Lo mandaron al frente de Córdoba, 114 brigada, 340 compañía, en las ciudades de Bélmez, Peñarroya-Pueblo Nuevo y Fuenteovejuna. Allí conoció a mi abuela, Carolina Montero López. Cuando la guerra estaba a punto de terminar, en Cabeza de Buey, una ráfaga de metralla del enemigo le destrozó la mandíbula derecha inferior y medio pulmón derecho. Fue operado por médicos rusos en la plaza de toros de Albacete, donde el ejército ganador lo dejó a él y a miles de soldados heridos más. Su madre y su tío, con avales, pudieron sacarlo de allí y volvió a su pueblo. Fue declarado inútil total para el ejército por las heridas, otros tuvieron que hacer 3 años de mili después y trabajos forzados. Mi abuela viajó hasta Segorbe y tuvieron 4 hijos. Él murió a los 65 años en su huerta, el mismo año en que yo nací. @mariange_maria

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