Álbum Línea de fuego

Todas las nochebuenas, mi abuelo Pascual Sánchez Martínez (Almansa, 1916) solía contar historias de la Guerra Civil. En una ocasión, con mis ojos de niño, le pregunté: «Yayo, ¿mataste a alguien en la guerra?». Me miró intensamente y me dijo: «Juan, la guerra no es como en las películas. Cuando disparas a alguien, cae hecho un trapo, no hay saltos ni efectos especiales, cae sin más, desaparece». Realmente, creo que ni siquiera él lo sabía. […] El inicio de la guerra le pilla ayudando a su padre en la siega. Dudo que tuviera ningún tipo de ideología política, simplemente le tocó en uno de los bandos. Cuando lo movilizaron recordaba que le dijeron: «Si no vales para matar, vales para que te maten». […] Un buen número de milicianos fueron a la toma de Albacete. […] No pudo resistirlo y volvió diciendo que él no iba a robar ni a matar a nadie. Al poco lo vuelven a movilizar y lo envían al frente de Guadarrama (Rascafría). […] Acaba perteneciendo a la XXXI Brigada Mixta. Pasa por Guadalajara para terminar en marzo del 38 en Torrevelilla, en el frente de Teruel. […] El 1 de enero del 39 ingresa en el campo de concentración de San Marcos de León y en febrero es reclutado para el batallón de Trabajadores n.º 78 (prisioneros de guerra) para labores de reconstrucción. […] Vivió hasta los 92 años […]. Siempre se guardó sus cicatrices: «Que nunca viváis una guerra». @juansg76

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