Álbum Línea de fuego

Mi abuelo, Jesús Tubío Moreira, nació en 1917 y murió en Buenos Aires en 1988. Llegó a Argentina en 1948 con una maleta, y sus historias y cicatrices de guerra. Un año después llegaron mi abuela y mi mamá. Sus historias eran tan dolorosas que no las contaba. Sabemos algo, muy poco, lo que nos iba diciendo a cuentagotas... Estaba alistado con los republicanos, fue prisionero en un campo de concentración y lo salvó de morir, un día antes de su ejecución, el cura de su pueblo, Ribadeza (Coruña), al que él había salvado también en otro momento. Vivió en Murcia, en la calle de Pablo Iglesias, 32, con una mujer que era la hermana del capitán de su regimiento (no nos acordamos del nombre). Mi abuelo Jesús no hablaba de la guerra. Era un hombre callado, más bueno que el pan, inteligente «a rabiar», expresión que usaba mi abuela. Nos hubiera gustado saber más, pero saber más era despertar el dolor. Me queda una imagen del abuelo Jesús: cuando alguien miraba en la televisión una película de guerra, él se levantaba y decía: «Ustedes están locos, yo de esto ya vi bastante». Lo único que le gustaba era «Bonanza», tal vez porque le recordaba su pueblo y esa forma de vida en la que aún la guerra no existía. Gracias, @perezreverte, por esta posibilidad, por dejarme contar a todos lo mucho que extraño a mi abuelo Jesús. @SilvanaBeltranT

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