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Un destino trazado desde antes de que naciera, de Najat El Hachmi

Un destino trazado desde antes de que naciera, de Najat El Hachmi

La España actual y la España de los próximos años conviven en Cartas a una reinaun libro colectivo que reúne las misivas que 35 autores, de diversos ámbitos y sensibilidades (tanto monárquicos como republicanos y nacionalistas), han escrito a la princesa Leonor. Esta obra de Zenda, patrocinada por Iberdrola, es una edición no venal que se puede descargar de forma gratuita en esta página. 

A continuación reproducimos la carta escrita por Najat El Hachmique lleva por título «Un destino trazado desde antes de que naciera».

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Estimada Leonor,

Ante todo debo confesarle que tengo poca experiencia en esto de escribirle a una futura reina porque tampoco es que una vaya coincidiendo cada dos por tres con quien está llamada a ser jefa de Estado pero me atrevo a mandarle estas líneas porque la imagino como lo que es: una mujer joven de este tiempo y también porque me da cierta sensación de proximidad el hecho de haberla visto en los medios desde el momento mismo en que usted salió del hospital al nacer, igual que la han visto todos los españoles. Tanto su cargo como su recorrido vital me han llevado a reflexiones varias.

"Para empezar debo decirle que su lugar en el mundo me plantea no pocas dudas éticas, políticas y sociales"

Para empezar debo decirle que su lugar en el mundo me plantea no pocas dudas éticas, políticas y sociales. Soy profundamente demócrata. Entre otras cosas porque nací en un país, Marruecos, en el que este sistema de representación universal no existe y creo que a menudo a los habitantes de las democracias abiertas se les olvida que viven en la mejor sociedad hasta ahora inventada, la que ha traído mayores tasas de progreso y desarrollo y bienestar dado que protege y garantiza las libertades individuales. Creo que la única vida que se puede considerar humana y digna es la de la plenitud de derechos, que cada cual pueda hacer con su vida lo que decida sin que jueguen en contra de su desarrollo individual el lugar de nacimiento, su clase social, su sexo o su color de piel. Es el más justo de los sistemas también porque cada ciudadano es un voto que cuenta tanto como los demás. Pero todo esto usted ya lo sabe porque viene muy bien escrito en la Constitución. Lo que pasa es que, supongo que también sabrá, esos derechos en muchos casos acaban por no ser reales porque las leyes que tenemos son buenas pero en la práctica otras fuerzas como la economía o los prejuicios pervierten los mecanismos que deberían garantizarlos. Le voy a poner algunos ejemplos que conozco de cerca.

"Mientras usted se escolarizaba en uno de los mejores colegios de la capital y aprendía varios idiomas, muchos alumnos eran aparcados en aulas masificadas"

La educación es, a mi modo de ver, lo que más puede contribuir a la igualdad entre personas. Uno puede nacer lejos de los centros urbanos cosmopolitas pero si recibe una buena formación tiene la posibilidad de entender el funcionamiento del mundo. Todo ciudadano, se dedique a lo que se dedique, desde la limpiadora de un hotel al ejecutivo de una multinacional, todos necesitamos tener las herramientas necesarias para razonar y entender nuestras vidas y nuestro mundo. La educación en España es universal, gratuita y obligatoria para que ningún niño se quede sin formación, pero por desgracia en la práctica las diferencias de calidad son tan enormes que yo me pregunto si seguimos hablando de lo mismo. Mientras usted se escolarizaba en uno de los mejores colegios de la capital y aprendía varios idiomas, muchos alumnos eran aparcados en aulas masificadas. Habrá visto que los índices de algo tan fundamental como la comprensión lectora están por los suelos y eso es un daño al bienestar de los menores que no deberíamos permitirnos. Yo misma crecí en una casa sin libros con padres analfabetos, pero tuve la suerte de asistir a un centro público donde atendieron mis inquietudes y contaba con una biblioteca también pública que me igualó con los compañeros que tenían casas llenas de libros. Le puedo decir que en muchos momentos la lectura y la escritura me salvaron la vida y me han permitido emanciparme y ser independiente y libre. Lo cual no solo ha cambiado mi vida sino que me ha permitido darle a mi hija una muy distinta de la tuvo su abuela, a la que se le impidió el acceso a la educación por ser mujer. Con todo esto lo que le quiero decir es que lo justo sería que todos y cada uno de los niños y niñas de este país tuvieran una enseñanza tan excelente como la que ha tenido usted. Mientras haya alumnos que puedan aprender cuatro lenguas y otros que casi no alcanzan a leer y escribir ni en una no podremos afirmar que seamos todos iguales.

"Que usted no haya podido escoger su propio camino, cómo vivir, en qué trabajar, dónde vivir, con quién hacerlo y de qué modo me resulta incomprensible"

El otro asunto que me ocupa y me preocupa es el de otra igualdad, la igualdad entre hombres y mujeres. También sabrá que legalmente en este país no hay discriminación por sexo pero otra vez las prácticas sociales distan mucho de ser un espejo del marco jurídico. Todos los días tenemos noticias de asesinatos machistas, mujeres que pagan con la vida el precio de haberse vinculado sentimentalmente con un tipo de hombres que no aceptan que nosotras somos seres humanos y pretenden doblegarnos con la violencia. Ésa es la manifestación más extrema de la misoginia pero no es, ni de lejos, la única. Por desgracia parece que incluso hay una reacción contra todo lo que está consiguiendo el feminismo. Esta palabra, feminismo, ha sido durante mucho tiempo connotada con una desmerecida mala fama: si hacemos un recorrido por su historia lo que se desprende de ella es que el feminismo no es más que una forma de justicia, un sistema de pensamiento que pretende acabar con el orden patriarcal que somete a las mujeres por el simple hecho de serlo. Gracias al feminismo usted y yo podemos decidir libremente qué vida queremos vivir y exigir un trato igualitario. Desde el feminismo siempre se ha tenido por anómala la situación en la que si había un varón entre los hijos de un rey éste tenía que serlo por delante de sus hermanas de más edad. Eso ha cambiado en España pero lo cierto es que desde el punto de vista de la igualdad la monarquía misma sigue siendo una institución extraña aunque sus funciones y límites estén bien establecidos en la Carta Magna. Si pienso en usted como persona, como mujer de un mundo en el que nos ha costado tanto ganarnos el derecho a decidir cómo queremos vivir, resulta imposible aceptar que usted tenga que ser reina solo porque es hija de su padre, lo quiera o no, lo quieran o no los españoles de hoy. Que usted no haya podido escoger su propio camino, cómo vivir, en qué trabajar, dónde vivir, con quién hacerlo y de qué modo me resulta incomprensible. Yo nací en una familia en la que mi destino estaba escrito, me dijeron, y aunque usted esté ocupando un lugar de privilegio muy distinto del que me esperaba a mí como madre y esposa, me resulta claustrofóbico imaginar que el suyo también esté trazado desde antes de que naciera. No pretendo convencerla de que se convierta en la primera reina republicana de la historia pero al escribirle no puedo evitar pensar en lo extraño que es, en términos de igualdad, que la sangre y el apellido determinen su destino.

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Cartas a una reina es la octava colaboración entre nuestra web literaria e Iberdrola, después del gran recibimiento de los anteriores volúmenes: Bajo dos banderas (2018), Hombres (y algunas mujeres) (2019), Heroínas (2020), 2030 (2021), Historias del camino (2022), Europa, ¿otoño o primavera? (2023) y Las luces de la memoria (2023).

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Descargar libro Cartas a una reina en PDF / Cartas a una reina en EPUB / Cartas a una reina en MOBI Cartas a una reina en KPF

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Ricarrob
Ricarrob
6 meses hace

Dos cuestiones muy importantes ha planteado usted, doña Najat, tremendamente importantes. Además, la primera, sin desmerecer en absoluto la segunda, es decisiva e influye totalmente en la segunda.

El derecho a la educación, a una educación libre, libre de dogmatismos, libre de ideología y de calidad. De calidad y para todos, no una educación de mierda para todos tal como los políticos de este país persiguen.

El conocimiento, el saber, es básico para poder ejercer las libertades, tener capacidad de discernimiento y conseguir la igualdad.

Ha planteado usted dos cuestiones que, hasta ahora, ninguno de los que han dirigido su carta a la futurible, se han atrevido a plantear. No todo deben ser parabienes, halagos a la belleza al comportamiento a la educación, a la inteligencia… Ningún poder, aunque sólo sea de representación, tiene justificación si no se cumplen las dos cuestiones que usted ha planteado.

Ya sé que todo esto no son más que deseos. Deseos de que ningún condicionamiento de nacimiento influya en el futuro de nadie. Quizás es una utopía irrealizable con la que algunos seguimos soñando.

Excelente artículo, sra.